El pasado día 1 de diciembre comentamos el libro “Cuídate de
mí” de María Frisa.
La trama de la novela aborda multitud de temas, además del
esclarecimiento de un crimen, habla de violencia de género, de pederastia, de
conciliación, de campañas en internet, de los sentimientos que afectan al
trabajo, de Zaragoza, del calor…
La subinspectora Berta Guallar y la inspectora Sara Samper
trabajan en el Servicio de Atención a la Mujer de la policía, la vida de las
protagonistas se hace por momentos angustiosa: tienen una dedicación absoluta a
su trabajo y les falta tiempo para conciliar su vida con los problemas a los
que se enfrentan.
Uno de los participantes en el taller habla de que le parece
que los caracteres de las protagonistas están exagerados, la interacción entre
ellas es un tanto increíble. Se cuestiona el derecho a la presunción de
inocencia, que todo ciudadano debe tener, si excluimos a los políticos.
Otra persona anota que se ha sentido estafada por el final
del libro, el asesino no había aparecido anteriormente, solo una pequeña
referencia que encontró rastreando lo leído anteriormente. Es curioso que la
familia del asesino, la ver la noticia en la tele, comente que se sorprenden
mucho de que eso pueda pasar en Zaragoza.
Se comenta que el mérito de la novela está en que mantiene
la intriga, generando dudas, aunque no se puede encuadrar en el género negro,
ya que éste supone una denuncia social relacionada con el poder, el
investigador llega a conclusiones que ponen de manifiesto los puntos oscuros de
la sociedad, a veces con unos policías poco claros. En esta novela hay muchos
temas sociales, pero no hay una denuncia del porqué se produce la pederastia o
la violencia de género, es por tanto solo una novela de intriga, podría haber
profundizado en el asunto de las cloacas de la policía, pero no lo hace.
Las policías protagonistas no están bien planteadas, una de
ellas parece soberbia, fría, aunque al final del libro cede y se siente
interesada por Luis, después de considerar que Use le ha traicionado.
Berta está devastada por si trabajo, al principio del libro
nos dicen que se ha metido en una hipoteca excesiva y que eso le impide mejorar
su horario y atender mejor a sus relaciones familiares.
Se comenta que parece que la novela sea un producto de un
taller de escritura por como plantea un listado de problemas sociales que
introduce en la trama, una alumna aventajada de este taller sería por tanto la
autora, pero por otro lado, María Frisa nos dice que ha tardado 8 años en
escribir la obra.
A pesar de que puede haber demasiados temas, comenta otra
participante, le ha sorprendido que se hable del papel de la policía atendiendo
a víctimas de la violencia de género y que piensa que, en la formación de los
policías reales, faltaría tratar más asuntos de carácter moral.
Está planteado muy bien el asunto de la incompatibilidad de
la vida de las mujeres con su entrega al trabajo tan intensa, el problema de la
conciliación de la vida familiar y el trabajo.
Al final la novela es la investigación de un asesinato, aunque
se dispersa en varios asuntos, hay un hilo conductor entre la reacción de Sara
cuando descubre la relación de su novio con las cloacas antiterroristas y la
reacción de la madre ante la conducta de su hijo, al que mata cuando le ve
imitando la conducta violenta de su marido.
Se comenta que a veces no tenemos unos criterios claros para
juzgar a las personas y nos dejamos guiar por los sentimientos.
Los policías tendrían que ser más neutrales y no tener
prejuicios, aunque también deberían ser neutrales los jueces.
A Berta se le va la mano con el pederasta, pero es empática
con la familia de la violada, está sobrepasada con su situación personal,
seguramente si fuera un varón, veríamos más normal que estuviera tan pendiente
de su trabajo como lo estaba ella.
El papel de la Iglesia está bastante bien reflejada en la
figura del cura y de su actitud paternalista ante la familia.
Se habla de que el final del libro es la culminación del
juego que la escritora ha llevado con el lector, al final de cada capítulo deja
un indicio que mantiene la atención y se dice que abusa de los golpes de
efecto.
Un hecho que destacamos es que el lenguaje de los que están
alrededor de los “tuneadores” está muy bien conseguido.
Se habla de la violencia de género en la vida real y con
frecuencia se ve que desgraciadamente los hijos reproducen las conductas
violentas de los padres. Algo se ha avanzado en la sociedad y en la atención a
las víctimas, aunque hace poco expedientaron a una guardia civil por la ayuda
que prestaba a una mujer víctima de violencia. También se habla de que se
tendría que vigilar la salud mental de algunos funcionarios públicos.
Esta novela, parecida a la siguiente que publicó la autora,
ha pretendido ser una novela psicológica, pero se queda a mitad de camino.
Hablamos de las descripciones físicas de los personajes, con
frecuencia aparecen modelos casi perfectos, y la realidad muestra que abundan
más las personas normales. Se estuvo debatiendo sobre la mejoría en la estatura
media de los españoles y, sobre todo, de las españolas.
Es una novela que se lee con interés, no está mal escrita, utiliza
recursos fáciles para atrapar al lector, no todos los participantes la
recomendarían.