Beatriz Villarino en su Blog
[…] Berta Isla es un título peculiar pues la protagonista,
que hace honor a su apellido, es totalmente paciente, apenas desempeña nada
durante el argumento se “limita” a reflexionar sobre la situación a la que se
ha visto sometida por las acciones de su marido; casada con Tomás Nevinson, con
quien inició su vida siendo casi una niña: «habían cumplido los quince cuando
acordaron salir»; y en cuanto ambos empiezan sus carreras en universidades
distintas acepta una vida de espera, de incertidumbre y soledad. Sabe que su
marido ha cambiado, ya lo notó antes de la boda; intuye al principio, advierte
con el tiempo en qué anda metido pero no conoce nada con seguridad porque nadie
le dice nada, o las confirmaciones son hechas a medias. Y sin embargo he sido
capaz de ponerme en su piel y sentir su ira, su frustración, su humillación, su
amor. […]
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