jueves, 7 de septiembre de 2023

COMENTARIOS AL LIBRO LA CIUDAD DE LARA MORENO

 

El pasado miércoles día 6 de septiembre comentamos el libro La ciudad de Lara Moreno.

Una lectora comienza diciendo que el libro le ha parecido hiperrealista, una realidad que nos salpica y que también nos anestesia.

Otro lector opina que le han gustado las dos historias de las emigrantes, pero que la de Oliva le ha resultado excesiva, no entiende cómo ha podido aguantar esa situación, puesto que ella tiene la sartén por el mango y tiene experiencia previa de vida en pareja. Las dos historias de emigrantes dan variedad al texto. En la de Oliva hay una evolución, pero es a peor.

Otra participante opina que le ha parecido muy realista, se refleja la angustia y por su experiencia laboral con mujeres maltratadas, dice que esta situación tiene una gran similitud como cuando se está sometida a un consumo abusivo de drogas; nos cuesta ponernos en su lugar, ella sabe que le va mal, pero allí continúa, necesitará una ayuda fuerte para salir de allí. Además, estas mujeres tienen que tomar decisiones importantes y no están en condiciones mentales para hacerlo. Piensa que la autora ha tenido que tenido que convivir con alguna mujer maltratada para escribir la novela y comprender lo que significa emocionalmente esta situación.

Max, el maltratador parece que viene de un partido político de izquierdas y esto podría ser una razón para no actuar como lo hace. Se habla de que Oliva es el personaje que más pena da, parece que va a tomar ansiolíticos para mejorar, pero justo llega la pandemia.

Se continúa analizando la situación de Oliva, tiene una baja autoestima, ha consultado a una psiquiatra, pero desde allí tampoco le llega ayuda, es preciso que ella sea consciente del problema.

La situación de Haría es diferente, ella aguanta todo lo que le pasa por encontrar a su hijo. El escenario de maltrato de estas mujeres trabajadoras de la fresa tiene el añadido de la violencia sexual. Damaris tiene una gran dependencia de los que le dan trabajo y estos también abusan de ella. El escenario en el que termina viviendo Haría es de lo más realista y la señora del 2º es un claro ejemplo del abuso que se produce frente a estas personas sin recursos.

Haría tiene un hándicap añadido y es el desconocimiento del idioma, pero en las dos emigrantes hay una cierta red de solidaridad, curiosamente con la marroquí son hombres los que, de alguna manera, le ayudan.

Se destaca la delicadeza de la autora que no desvela si el chaval muerto en los bajos del camión puede ser el hijo de Haría.

Otro lector cuenta su experiencia de un viaje a Melilla para conocer y ayudar a los emigrantes que malviven allí, pero afirma que es muy difícil su situación, son incapaces de reaccionar, no pueden defender sus derechos por el miedo que tienen, si no somo nosotros los que les saquemos de esa situación, ellos no lo podrán hacer. El enemigo está demás, en los países coloniales de Europa que da dinero a Marruecos para que mantenga esa situación. Se habla también de las guerras que contribuyen a crear este escenario, y se hace hincapié en que en Zaragoza existe una fábrica de armamento. Se afirma que cuando el presidente Sánchez fue a ver al presidente de los EE UU, este le dio unas instrucciones sobre cómo Europa tendría que actuar.

Está muy bien descrito el enfrentamiento entre Damaris y los señores. Max es un narcisista, se afirma de la pareja de Oliva, ejerce un absoluto poder psicológico sobre ella, es un ser un tanto oscuro.

La cuidad también es protagonista con la diferencia de clases según la zona y también se ve esta diferencia de clases en los pisos de la casa, interiores, exteriores…

Un lector afirma que no se ha terminado el libro, no le ha gustado la forma de narrar y cada capítulo le angustiaba, le gustaría profundizar en el título de la novela y afirma que no somos capaces de ir más allá en nuestros análisis, tampoco se entiende el hecho de que hay personas que dejan su país para buscar un trabajo y aquí se encuentran en una situación casi peor.

Se habla del miedo como una barrera que te impide salir de ciertas situaciones, solo cuando el asunto se pone inaguantable es cuando te propones cambiar.

Otro lector quiere destacar que hay un nexo de unión entre las tres historias, que son realistas, pero que son estereotipos de situaciones en la sociedad, más que el miedo lo que nos bloquea es la soledad, vivimos en una sociedad individualista que fomenta el miedo, miedo al fracaso, miedo a que esa supuesta red de amigos a los que no te atreves a pedir ayuda, te den la espalda, la solución tiene que estar en ellas, en que se atrevan a decir “necesito ayuda”.

Las revoluciones las han hecho las gentes que no han tenido nada que perder, los que los han machacado de tal manera que no tienen otra salida. Siempre nos quedamos en lo mismo, somos unos “intelectualillos”, pero tenemos que construir una nueva sociedad donde los cuidados y la vida estén en el centro. Se habla de que aparte del problema del consumo de fresas, está el asunto del decrecimiento. Nosotros no vamos a solucionar nada, pero hay que dar una vuelta al capitalismo que es el sustento de todas estas injusticias. Nos encontramos cómodos, pero estamos atrapados en la sociedad de consumo y también las personas que quieren emigrar; a través de las parabólicas les llegan informaciones del falso paraíso y se convierten en víctimas de la propia sociedad de consumo. El sistema capitalista está esperando que vengan aquí para tener mano de obra barata y así realimentarse.

No terminamos de encontrar la solución para estos problemas tan enormes, pero una lectora constata que esto es un grupo de lectura y no puede volver a casa desmoralizada.

Si las mujeres como Oliva y las otras vivieran en una sociedad más comunitaria, tendrían más recursos para salir de su situación, viven aisladas, no existe el grupo.

El capitalismo de las multinacionales trata de echar a los emigrantes cuando no les sirven y es de justicia atenderlos, y ellos tienen la obligación de trabajar y de tener todos los derechos.

En otro momento se afirma que se habla mucho del miedo, pero hay que hablar también de la vergüenza y este sentimiento se da mucho en el maltrato. No pensamos que podemos tener el veneno y el antídoto, este es contar con lo comunitario. Se ve algún rasgo de esto en la novela, la solidaridad entre las que conviven en el piso de Damaris, el tazón de caldo que le dejan en la puerta a Oliva.

Un lector habla de la enumeración de tareas que hace una mujer a lo largo del día y que es sorprendente. Se dice que en la familia de Damaris lo peor no ha sido la muerte del marido, otras muertes hubieran sido más tremendas, la relación que mantiene con su hermana está muy bien descrita. Los temores de Damaris y Haría se plasman de una manera muy adecuada, pensemos en la dificultad añadida esta última por el desconocimiento de la lengua.

Se piden disculpas por haber inquietado al grupo.

Otro lector cuestiona que el estilo literario sea el adecuado, el salto de un capítulo a otro no le ha parecido bueno y en todos ellos se presenta una situación opresiva y de ella no se va a poder salir. Se constata que en el capítulo dedicado al terremoto se utiliza mucho lenguaje latinoamericano.

Se habla de que la autora ha introducido en el libro las historias de Damaris y Haría como un recurso para escribir sobre la situación de Oliva. Se habla del papel del bar que describe también la diferencia de clases.

Sabemos de todas estas situaciones, pero nos ponemos antifaces, la autora nos muestra la realidad, y nosotros enraizamos esa realidad con nuestra vida y nuestro pasado y de alguna manera escribimos nuestro propio libro, lo construimos de acuerdo a nuestras vivencias.

Constatamos la cantidad de comentarios que nos sugiere la lectura y de lo que los demás componentes del grupo van aportando.