jueves, 3 de diciembre de 2020

 


El día 2 de diciembre nos reunimos para debatir acerca del libro editado por Capitán Swing, De cómo me convertí en alcalde y cambié el mundo de Jón Gnarr.

Alicia se encargó de preparar la introducción y señaló que es una autobiografía de este personaje que creó un partido, el Partido Mejor y ganó las elecciones a la alcaldía de Reikiavik.

Jón se define como pelirrojo, anarquista, amante del punk; nos dice que sufrió violencia doméstica en su infancia, que es admirador de Noam Komsky, pero sobre todo que es un hombre del escenario,  un payaso.

Crea un partido, sin una ideología concreta pero que pretende salvar al mundo practicando el bien común. Promueve la participación directa y hace de la ciudad un núcleo de paz, defiende el compromiso político. Trabaja desde el humor como una competencia básica.

El contexto internacional en el que desarrolla su programa es el de la crisis financiera mundial del 2008, producida por un neoliberalismo exacerbado.

Islandia es un pequeño país que se independizó de Dinamarca, está fuera de la UE, quiere salir de la OTAN y está muy cerca de conseguir el estado de bienestar. Reikivik es la ciudad donde se concentra la mayoría de la población, su ayuntamiento tiene 8000 empleados, ya que de él dependen muchos servicios municipalizados, incluida la educación. En la crisis financiera no participó en el rescate de los bancos.

Su programa político está basado en el sentido común, utiliza estrategias de otras actividades que realiza como es el judo, proponiendo absorber los golpes del contrincante para contraatacar.

No entra en políticas de género, pero habla muy bien de su mujer.

Como conclusiones, Alicia señala que aboga por una democracia digital, que la política del futuro es la política local, que es necesario un compromiso político para aprender y nos habla de otros temas como la democracia, la religión, la ecología…

Ya metidos en el debate uno de nosotros plantea que el libro le pareció al principio un poco absurdo, pero que luego le fue pareciendo mejor. Le ha llamado la atención el título, Jón no cambia el mundo, el mundo es muy difícil que se pueda cambiar, Islandia es un país pequeño, que no tiene los problemas de otros lugares y no se plantea por ejemplo, ¿qué pasa con la emigración? ¿Y con las multinacionales? ¿Y cómo se hace la redistribución de la riqueza?.

Es un libro escrito con buena voluntad, pero se apunta que no está bien escrito, por ejemplo cuando habla de su época escolar comienza diciendo que era una educación libre y buena, pero a continuación, sin ninguna explicación, pasa a decir que él no pudo continuar en la escuela y de hecho la abandonó, dedicándose en la lectura, es decir, se contradice.

Echa la culpa de la crisis al sistema educativo y a las universidades sin demasiado fundamento. Sí que afirma que el sistema educativo se carga toda creatividad de las personas.

Otro lector comenta que es un libro de fácil lectura y ameno, que nos da un visión particular de Islandia. Para él el autor plantea que se pueden conseguir muchas cosas si se une el empeño de muchas personas. El libro es un simulacro de ensayo sobre un análisis de la situación actual. Se burla de las estructuras y cambia las reglas. Además de trasgredir las normas dice que hay que ser pragmático. Enfatiza sobre lo común, habla de los sujetos de la acción política, y según este lector, plantea cuestiones concretas como son el concepto de masas, el municipalismo, el nacimiento de un partido, sin ideología, eso sí, mejor sería según este mismo lector que esta propuesta se hubiese planteado desde listas electorales. También es importante el tema financiero y la educación como primera cuestión pública. Deberíamos también hablar de la banca pública como elemento vital.

Otros asuntos que se plantean son la influencia de los medios en la política, la defensa del anarquismo con referencias N. Chomsky, el papel de los jóvenes, ya que en realidad estamos diseñando un mundo en el que van a vivir otros.

Otro lector comenta que le ha parecido un poco flojo el libro, y que plantea la fragilidad del sistema de representación, llega un nuevo partido y se lleva un número suficiente de votos y por consiguiente el poder, no se explica porque 9 ó 10 millones de personas entre los que hay muchos trabajadores y trabajadoras votan a partidos de la derecha, aunque en realidad sean votos “en contra” de la izquierda.

Ha gustado el sentido del humor, sería positivo que muchos de los discursos que escuchamos fueran más divertidos.

Se plantea que no es lo mismo levantar un país pequeño que uno grande.

Se habla de que en España todavía está muy vigente la cuestión de las “Dos Españas”, se comenta  que estas divisiones existen en otros países y que nosotros tenemos, además, una carencia democrática debido a los 40 años de dictadura y a la deficiente Transición.

Otro asunto que se aborda es el papel de la política local, que aplicado a instituciones más extensas crea más dificultades, pero es interesante que este partido sin base ideológica gane las elecciones y que la gente descubra algo nuevo. Es contradictoria la falta de continuidad del proyecto por parte del protagonista. Se habla de que sería interesante profundizar en el conocimiento de las experiencias de otros movimientos como el surgido en Italia de las “5 Estrellas” y la relación con “el Partido Mejor”.

Se habla de otras referencias como  las películas sobre Unamuno donde se nos muestra que un intelectual tan serio como él, no se dio cuenta de que los militares eran unos fascistas.

Se insiste en que la educación es lo que propiciaría, con un buen entrenamiento del pensamiento crítico, la auténtica democracia. También se apuntó que la falta de participación puede llevar a que pase cualquier cosa.

Se destacó su opinión de que las masas enfurecidas no llevan a ninguna parte, que lo que utiliza el partido Mejor para llegar al poder es lo que usan otros partidos institucionalizados: oponerse a algo, “tocarle las tripas” al ciudadano (sistema basado en el egoísmo), señalar a las masas poco preparadas, un enemigo.

Se insiste en la democracia y en la participación y se destaca que Jón plantea que los lerdos también tienen derecho a opinar.

Define cómo tiene que ser un político, debe tener un trabajo al cual volver, haber militado en movimientos de base, tener un código moral, pensar que hay que ser pragmático y que seguramente tendrás que coaligarte, reconocer la ignorancia de lo que no sabes.

En resumen, siendo un libro que parece flojo, sin embargo da pie a múltiples reflexiones sobre la participación política, el concepto de democracia, la importancia de la educación, el municipalismo y el sentido de humor.

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