jueves, 8 de abril de 2021


El libro que comentamos el último día fue “El hombre de la dinamita” de Henning Mankell, comenzamos presentando al autor, un pequeño resumen de la obra, sus personajes y las escenas más significativas, y se propusieron, para el diálogo posterior, una serie de preguntas:

  • ·         ¿Quién es el narrador?
  • ·         ¿Por qué esos saltos en el tiempo?
  • ·         ¿La Historia evoluciona, pero también lo hacen los trabajadores y sus condiciones?
  • ·         ¿Qué piensa Oskar de sus hijos?
  • ·         ¿Ha llevado una vida feliz?
  • ·         ¿Qué opina de la socialdemocracia?
  • ·         ¿Se opone al capitalismo?
  • ·         ¿Qué os ha parecido el asunto del cartel?
  • ·         ¿Cómo es la relación con su mujer?
  • ·         Y sobre todo, ¿os ha gustado el libro?

Se comienza hablando de que al leer la reseña del libro parecería una novela policíaca y de intriga que giraría en torno a una investigación del accidente, pero no es así. El estilo no me ha gustado, hay unos párrafos muy condensados, diálogos que se repetían y que despistaban, pero reconozco que al final te haces una idea de lo que ha vivido este hombre.

Otra lectora opina que le ha resultado difícil, es un libro corto pero obliga a una lectura a la que no estoy ya acostumbrada, le he encontrado más sentido a medida que avanzaba, para mí es un reflejo de un personaje tan duro. Me ha gustado al final, la impresión que deja el personaje, un hombre muy sólido con una fuerza impresionante, la forma y el fondo se complementan.

Otra persona dice que el autor está jugando con el lector, hay muchos narradores, es un juego. Como si se hubiera planteado un puzle con la vida de este hombre, es necesario que te dejes llevar por el relato.

También se apunta que el tipo de narración da un poco de pereza, te exige más esfuerzo y en estos momentos prefiero textos más amables.

Otro lector comenta que le ha parecido interesante la historia de Oskar, a través de su vida se va contando lo que es la sociedad sueca, los aspectos sociales que se producen a lo largo del tiempo. El personaje se considera un trabajador, hijo y nieto de obreros, un hombre sencillo que no se ha visto a sí mismo protagonista de la Historia de Suecia, pero el narrador sí que lo considera. Un hombre anónimo. Se destaca que sus compañeros de trabajo no sabían ni cómo se llamaban.

Es un hombre sencillo, pero que se da cuenta de lo que acontece a su alrededor, sabe lo que aporta la socialdemocracia, piensa que se ha convertido en un nido de burócratas, hay una deriva del partido en conjunto. Estamos mejor, pero la pirámide no ha cambiado.

Se opina que la alteración de tiempos y voces es interesante, una mezcla que igual se da en nuestra vida, vivimos y luego recordamos retazos, episodios individuales.

Al principio me pareció caótico, pero al hacer un repaso he visto que tiene una unidad.

Otro lector dice que le ha gustado, pero que cuando llevaba unas pocas páginas se dio cuenta de que no me estaba enterando de nada, por lo que le exigía una mayor atención, cree que habla de la vida de este hombre desde su posición en la sauna, su perspectiva no intelectual, su implicación en las luchas políticas, su actitud ante las tareas de la casa que refleja la concepción y la admiración que siente hacia su mujer, en definitiva su vida en diferentes matices.

Un asunto curioso es como comienza la historia, un accidente que ha contado la prensa, que dice que ha habido un fallecido, hablando de lo que tiene morbo, puesto que después no dice que ha sobrevivido.

El protagonista es un tipo muy entero y muy comprometido, con cierto sentido de humor, como cuando da la vuelta a los mapas del nuevo barrio en el tablón de anuncios del Ayuntamiento. Es una persona entrañable, te cae bien.

La última etapa del libro es una reflexión sobre la vejez, lo echan del piso a raíz de un episodio de especulación inmobiliaria propiciado por los socialdemócratas. La soledad también aparece al final del libro y a él le pesa, solo en el piso, se va a la sauna, ve que la sociedad ha cambiado, la gente está sola y los que vienen de fuera molestan.

Ha sorprendido a un lector la poca o nula referencia que se hace en la novela a la II Guerra Mundial, que sería un asunto que influiría en Suecia, sin embargo sí que hace alusión a otros hechos históricos como son el lanzamiento de la bomba atómica, con el que pierde la confianza en los Estados Unidos, la invasión de Hungría por la Unión Soviética que le hace dudar del comunismo y el episodio del problema del Canal de Suez. El hecho de que haya acontecimientos históricos que le afecten más que otros quizás sea un recurso intencionado por parte del escritor. La única referencia a la monarquía la hace cuando está convaleciente en el hospital y frente a la cama tiene una foto de los reyes.

Se habla de que Oskar es militante, pero no muy activista, en la novela se muestra que la gente  corriente también está en la Historia.

Oskar muestra su disconformidad con la actuación de la socialdemocracia, lo echan de su casa, pero le dan otra vivienda y todavía consigue luego otra. Es consciente de que vive mejor pero la pirámide no cambia, los que mandan siguen mandando, ocurre lo mismo en España.

También hablamos de que su mujer está toda la vida trabajando en un café, donde se encontraría con compañeros de trabajo, pero no se ve ningún episodio de celos, admira a su esposa.

Algunos textos nos dan una idea de cómo es el personaje: “ Oskar conoce sus sueños. Los ata corto. Conoce su realidad. Oskar es una persona que ha elegido miles de veces en la vida. Nunca ha estado confundido. Ha sabido evitar el caos. Ha elegido bien o no es otra cosa. Para Oskar, que le da la mano a Elvira, siempre ha elegido. Ha elegido, ha descartado, ha vuelto a elegir. Ha elegido pertenecer, ha elegido en contra, ha elegido algo”.

Al final del libro cuenta su 80 cumpleaños desde dos puntos de vista, un cumpleaños feliz lleno de armonía, y otro con la visión de un momento de auténtica soledad. El autor juega con varias posibilidades narrativas, construye el relato desde la voz del narrador, luego Oskar puede dar su versión y la de sus recuerdos y con estos elementos se va configurando la historia.

Se habla de la importancia de los personajes secundarios, de la ruptura de su anodina vida que se produce con el viaje a Viena, allí nos da idea de la devastación de la guerra.

Es un libro de impresiones y le queda al lector la posibilidad de interpretar.

Se destaca que en un pequeño párrafo nos cuenta la idea que tenía de Dios, él y su mujer: “Ni Elvira ni yo hemos creído nunca en Dios. Cuando éramos pequeños le teníamos miedo, claro, como todo el mundo en aquella época. Pero cuando nos hicimos socialistas, Dios desapareció. Es verdad que hubo un sacerdote en el entierro de Elvira, pero eso es distinto. Ninguno de nuestros hijos está confirmado. Ellos querían, porque así les harían regalos, como a los demás, pero Elvira y yo dijimos que no. Y tampoco fueron a la escuela dominical. En cambio, todos estuvieron en los scouts. Y les encantaba”

El autor utiliza la oración simple, dando la información como con cuentagotas.

Oskar no tiene un pensamiento muy intelectual, se queda en lo evidente, no entra en cuestiones que serían más opinables, se mantiene en un nivel de pensamiento de un trabajador, hablamos de que no había tenido una educación muy extensa, proviene de una familia muy humilde. En los años 20, en Suecia hubo mucha emigración hacia Estados Unidos ya que el país tenía una pésima situación económica como se refleja en la película, “Pelle el conquistador”. Suecia es un país rico desde hace poco tiempo, y se apunta que el clima, el paisaje y el largo invierno afectará al carácter de sus habitantes.

En conclusión, el libro ha sugerido muchas ideas de debate, nos cuenta la vida de un trabajador a través de impresiones. No tiene una lectura fácil, cuesta al principio entrar en el texto, pero permite al lector construirse su propio relato y al final deja una buena impresión.


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