jueves, 5 de mayo de 2022


 

El miércoles día 4 de mayo comentamos una parte del libro Contra la igualdad de oportunidades. Un panfleto igualitario de César Rendueles.Digo una parte, porque previamente habíamos decidido dividir la lectura y el comentario del libro en dos partes, ya que el contenido del mismo es tan amplio e interesante que puede ocupar dos o más sesiones del taller de lectura, por esto, este día comentamos lo cinco primeros capítulos.

Después de hacer la presentación del autor según él mismo se describe en el propio libro y de leer frases destacadas del texto que nos podían dar pie al debate, se empezó hablando de la Renta Básica Universal (RBU) y si era mejor esta propuesta o el trabajo garantizado, hubo opiniones contrarias, se habló de reducción de horas de trabajo, de anticipar la jubilación, de los inconvenientes que se ven a la RBU y las ventajas de su aplicación, lo que no puede ser es que la RBU suponga un detrimento de otros servicios públicos.

Se pasó a comentar que el autor propone que la igualdad no es un punto de partida, sino un objetivo hacia el que debemos avanzar, volver a los orígenes de la Humanidad cuando todos y todas éramos iguales, la desigualdad empieza cuando se acumulan y acaparan recursos, es por tanto inherente a la civilización.

El libro le ha resultado muy interesante a otro de los participantes, da una amplia perspectiva de la vida, dejando claro que no hay que confundir igualdad con uniformidad, es muy importante la cita de Carlos Marx: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”.

Otra persona aporta que es necesario encontrar o ponernos de acuerdo sobre el verdadero significado de la palabra igualdad, ya que en realidad todos somos diferentes, es importante destacar que tenemos que tener igualdad de derechos e igualdad de obligaciones sin distinción.

Se vuelve a comentar la RBU comparándola con las políticas de gratuidad de libros de texto en todos los colegios sin distinguir entre aquellos que pueden pagarlos sin problemas y a los que les supone un esfuerzo extraordinario pagarlos.

Se habla de que en otros libros que hemos comentado en el Taller (Sapiens) también se hablaba de que la desigualdad había surgido en el Neolítico y de que han existido en la historia de la Humanidad, como dice el libro, periodos de más igualdad, por ejemplo, en momentos de grandes epidemias como alguna de la peste o después de la II Guerra Mundial.

Se debate sobre que el trabajo es una mercancía muy especial, de alguna manera comerciamos con nuestro tiempo de vida, y además en estos momentos hay empresarios que juegan con esto haciendo contratos que no reflejan el horario real que el trabajador hace y por supuesto no pagan las horas extras que se realizan, esto afecta más a las personas jóvenes y es otro paso más del control que ejerce el gran capital.

En el libro se habla de la meritocracia, y es cierto que las clases más bajas no tienen las mismas condiciones que las clases altas, no se publicitan para todo el mundo las ofertas de trabajo, difícilmente un hijo de un trabajador a pesar de haber ido a la universidad, tendrá la posibilidad de acceder a determinados puestos de trabajo.

El autor presenta propuestas concretas para encarar la desigualdad como puede ser la RBU, le trabajo asegurado, pero deben ser acompañadas de otra serie de medidas, como las políticas sociales de vivienda, de educación y de sanidad, todas ellas con sus correspondientes normativas de desarrollo.

Se comenta que hay que superar las dos formas de organización de la sociedad, el capitalismo por inhumano y el socialismo real por crear situaciones indeseables, hace falta el mercado, pero regulado.

El libro ilumina muchos rincones, la igualdad es algo a conseguir, aunque no haya un apoyo social en estos momentos para impulsar la igualdad real, ni siquiera está en la agenda de los partidos políticos y menos en las aspiraciones de los votantes.

Renduales habla de que hay una serie de herramientas que  se pueden y se deben implementar, por ejemplo, los topes salariales (diferencia entre los salarios más altos y los más bajos en una empresa), democracia en centros de trabajos, negociación colectiva, cogestión, intervenciones públicas desmercantilizadoras, protección a las labores reproductivas, cooperación laboral, oferta pública de calidad, nacionalización agresiva de sectores estratégicos, cooperativas laborales, trabajo voluntario y prestaciones sociales obligatorias, labores comunitarias  no opcionales que nos obliguen a todos a compartir los trabajos importantes, pero duros.

Habla también de los partidos políticos como cárteles que buscan su propia financiación sin tener en cuenta que debería trabajar para el bien común, en opinión de los y las participantes hemos retrocedido en derechos y no debemos olvidar que, en el sistema capitalista, la igualdad se tiene que conseguir de una manera colectiva. Se plantea que es imposible erradicar la desigualdad si desde los partidos políticos se consiente la monarquía que es un signo evidente de desigualdad y con el añadido de la inviolabilidad.

Otro participante aporta que el concepto de igualdad es muy amplio, no le sirve como concepto de análisis, sino que es como un horizonte, es mejor hablar del concepto de equidad que también está recogido en la frase de Marx antes citada. La equidad rompe todo el argumento de la meritocracia. Además, hay que considerar que clase de valores asociamos al concepto de igualdad, cada uno de nosotros y nosotras señalaríamos valores diferentes y en diferente nivel de intensidad.

Hubo igualdad a partir de la II Guerra Mundial, por dinero proveniente del Plan Marshall, del incremento de la producción en EE UU y de los acuerdos que propiciaron el Estado de Bienestar hasta que los neoliberales decidieron que ya era suficiente y comenzaron a desmantelar la poca o mucha desigualdad que se había logrado. Igual pasó en España hasta que llegó la desregularización de Felipe González, afortunadamente hay algunos partidos políticos que proponen mejoras, simplemente como dice Pablo Iglesias que se cumpla la Constitución.

En estos intentos de conseguir más igualdad ha habido grupos que han sufrido más, en primer lugar las mujeres que al entrar en el mundo del trabajo han visto incrementar su esfuerzo al tener que atender también a sus familias además de su trabajo, en segundo lugar han pagado un alto precio los países del Tercer Mundo con las políticas extractivas del Primer Mundo y un tercer pagano, hemos sido todos ya que con la confrontación de bloques a partir de la Guerra Fría se han esquilmado los recursos naturales.

Las soluciones no pueden venir solo con el pleno empleo y el incremento de la productividad, pero habrá trabajo para la regeneración de los recursos naturales y los “cuidados”.

El mundo está cambiando, la forma de trabajo tiene que ser más socializada, no se puede permitir que se acabe con el bienestar social, tenemos que conseguir la oportunidad de vivir mejor, paro deberemos lograr que se vote a partidos que propongan cambios que mejoren las condiciones de vida. Tenemos también delante de nosotros un gran riesgo y es el de la radicalización de la derecha, hay un problema puesto que hay determinadas capas sociales que por estar fuera del sistema o por fastidiar votan a partidos de ultraderecha que son más cañeros. Todavía se tiene miedo a la redistribución comunista. Hay en general una falta de sentido común en la sociedad, la derecha plantea bajada de impuestos y no se razona sobre lo que esto significa, además hay mucho voto cautivo.

Desde su experiencia docente, plantea otra de las personas, se ha avanzado en el nivel cultural, pero se ha retrocedido mucho en algunos valores como la banalización de la violencia de género entre los jóvenes. Hay también un alto grado de manipulación en los medios de comunicación y seguimos retrocediendo en esto.

Se habla de los porcentajes de pobreza en España y de que la derecha ha tomado el lenguaje de la izquierda.

Dice el libro y subraya un lector, que la igualdad y la libertad para quererlas hay que vivirlas, y esto se debe comenzar a experimentar en lo más cercano, hay que trabajar en los barrios, allí también hay personas que votan a la ultraderecha ya que ésta señala a sus enemigos cuando habla de los emigrantes y le admiten ese discurso, los partidos hacen sus programas con lo que la gente quiere oír. En los barrios se ve la desigualdad, aunque también hay proyectos colectivos y deberemos hacer una labor militante de no comprar en Amazon y valorar la posibilidad de empresas energéticas municipales, entre otras muchas cosas.

Los partidos políticos no están en estos momentos trabajando en los barrios y haciendo una labor de acompañamiento, hubo una oportunidad con los presupuestos participativos, acudió gente, pero no se aprovecho para implicarlos en proyectos a largo plazo.

Se habló de ese escritor que dijo que él tenía algo que la persona más rica del mundo nunca tendría y es que él era feliz con lo que tenía “tenía suficiente”.

Es interesante lo que Manuela Carmena dice en su libro sobre su opinión de lo que hicieron las anteriores corporaciones en el Ayuntamiento de Madrid.

Se constata un cierto pesimismo entre los lectores y lectoras, pero también se habla de que hay proyectos de cooperación en los que está implicada mucha gente y hay muchas redes de solidaridad.

Somos iguales, pero el problema empieza cuando existe la propiedad y la acumulación, nos es más difícil trabajar por la igualdad si tengo algún bien que proteger.

El libro ha resultado muy interesante es, además, ameno y ejemplifica muy bien los conceptos, en la presentación pudimos comprobar que el autor no solo hace teoría, sino que su currículo muestra su implicación personal en multitud de iniciativas reivindicativas.

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