El pasado miércoles, 6 de marzo comentamos el libro Los
reyes de la casa de Delpfine De Vigan.
Después de la presentación se habló de que el día anterior
el 5 de marzo En el parque del Tío Jorge en la fiesta de la Cincomarzda habría
unas 200.000 persona y curiosamente no se veía tan apenas a nadie consultando
el móvil.
Aunque esto no es la tónica general en nuestra sociedad
necesitada de pantallas, y cada vez más solitaria e insolidaria,
características estas de una sociedad capitalista.
El personaje que mejor representa este tipo de sociedad es
la madre, Mélanie. Ella es un producto de las pantallas; desde los 17 años, se
siente atraída por los programas “basura” y se marca como objetivo de vida convertirse
en famosa, este deseo se va a cumplir a los 26 años, pero fracasa, entra en un
programa deleznable, que está cercano a la prostitución, pero es expulsada del
mismo. No obstante, lo consigue cuando forma una familia y la manipula para
hacer de ella la reina de ese tipo de programas. Ha triunfado, pero
equivocadamente puesto que este asunto destruye a su familia. El vacío que
siente lo compensa con la “familia” virtual que se forma alrededor de sus
vídeos. Todo es felicidad aparente.
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