Por Rosa María Tristán
La autora hace hincapié en lo que supone incorporar la mirada ecofeminista, un movimiento que “reconoce la eco-dependencia e interdependencia de todos, que habla de la sostenibilidad de la vida digna y que aporta al ecologismo un objetivo concreto, porque a menudo sus causas son muy abstractas, como cuando se habla de no superar los 1,5 grados más de temperatura media global; la realidad es que ya hay vidas colapsadas, sacrificadas y en una precariedad brutal por la pobreza energética”. “El ecofeminismo”, añadía, “teje alianzas entre las personas más desposeídas y el ecologismo con medidas que no sean de pijo-pogresismo y que hablan de la sostenibilidad de la vida”.
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