En la primera sesión del Taller
de lectura del Ateneo Republicano de Zaragoza comentamos El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince. Voy a tratar de
hacer un extracto de lo que se habló, aunque seguramente no recogerá todo lo que se
dijo, pero nos puede servir como
resumen.
Se comenzó señalando que era un libro que había gustado por su sencillez y sensibilidad, que deja, a quién lo lee, un buen sabor de boca.
El punto de partida del libro son
los recuerdos del hijo que escribió 20 años después de la muerte, en
circunstancias trágicas, de su padre y que recupera su memoria, seleccionando
aquello que presenta a su “papá” como alguien lleno de virtudes, como su héroe,
aunque en algún momento también señale su racismo y otros aspectos de una
persona conservadora a pesar de él mismo; no obstante, el hijo pone en valor la
calidad humana del padre.
Socialmente la familia pertenece
a una clase privilegiada de Colombia.
También se comentó que en el
libro se nos habla de educación; el padre dice que la educación debe de buscar
la felicidad, si esto no se produce, consigue lo contrario de lo que se
pretende. En la familia los hijos son enviados a la enseñanza privada, ya que
no se fían de la educación pública en esos momentos.
El libro, se dijo, es de lectura
fácil, habla extensamente de la medicina pública, por el empeño del padre en
crear recursos que ayuden a mejorar la salud de la población en general, aunque
en la familia se priorice lo privado en educación. Se manifiestan
contradicciones también en la diferencia de trato del hijo con respecto a sus
hermanas.
Hay que tener en cuenta de igual
modo, que en aquellos momentos, los años 60 y 70 de pasado siglo, la situación
en Colombia estaba muy deteriorada con respecto a lo público.
También se destacó que el padre
tenía como valores el respeto, la tolerancia y era muy abierto, rasgos que no
caracterizaban a nuestros padres en aquellos momentos.
La elección de un colegio del
Opus para sus hijos, contrasta con su trabajo como profesor en la universidad,
allí trata de que sus alumnos aprendan con la práctica, llevándolos a los
lugares más necesitados de una medicina comunitaria.
Nos dio pie el libro para hablar
de que en la educación pública se debe de perseguir la calidad, tiene que ser
un modelo, y se recuerda que en Francia la Escuela pública es una de las mayores
conquistas de la República. Se comentó que las familias deben llevar a sus
hijos a la escuela pública no solo por ideología, sino con el convencimiento de
que es la mejor opción para conseguir una excelente educación, ya que está en
mejora permanente.
Han gustado las referencias que
como escritor tiene el autor, nos cita las Cartas
a su padre de Kafka, Las Coplas a la muerte de su padre de
Jorge Manrique, la obra de Borges, La
corte de los milagros y nos habla de
la película Muerte en Venecia, que
más adelante algún contertulio volvió a recordar como una referencia a algún
aspecto oculto que el autor no quiere, quizás, desvelar de su padre.
Otra persona comentó que
deberíamos diferenciar lo que realmente cuenta el libro de lo que nosotros
realmente interpretamos, cuenta la biografía de su padre, no nos narra la
historia de un héroe, un líder, sino el relato de un hombre la clase media
alta, con unos principios mediatizados por su familia, pero que trata de
mejorar las circunstancias de vida de los más pobres, en ocasiones a pesar de
ellos, que bastante tienen con sobrevivir.
El recuerdo es la clave del
libro, lo que pretende es que al padre se le siga evocando siempre, situando
ese recuerdo en el momento de la historia de Colombia de esos años.
Se comentaron muchas más cosas,
la imagen positiva que da del padre, sus contradicciones, algunos aspectos
oscuros de su vida que no se nos muestran abiertamente, quizás para no dañar a
la madre, la historia que no conocíamos de la influencia del franquismo y del
Opus en América Latina… la defensa de la medicina pública, que todavía nos
ocupa y preocupa… la Historia, que la cuentan siempre los vencedores…
Estuvimos muy apurados de tiempo,
pero desde mi punto de vista fue un buen análisis del libro, aunque quedaran
cosas en el tintero, como haber podido hablar de más aspectos literarios, de haber
podido profundizar en otros personajes,
pero me gustaría acabar el comentario con un párrafo del texto que me parece
muy sugerente:
“Como células que somos de ese
gran cuerpo universal humano, somos sin embargo conscientes de que cada uno de
nosotros puede hacer algo por mejorar el mundo en que vivimos y en el que
vivirán los que nos sigan. Debemos trabajar para el presente y para el futuro,
y esto nos traerá mayor gozo que el simple disfrute de los bienes materiales.”
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